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Osiris

Jaime

Un día besó a su novio y descubrió que ya no la quería.
No pasaba nada, mejor así. Se lo dijo y se fue.
Decidió dejar de besar chicos y chicas y besar ranas.
Comenzó a maquillarse y a ir al gimnasio, pero no le gustaba como le quedaban las mallas y lo dejó.
Otro día comenzó a reír, y ya no pudo parar. Se pasaba los días riendo mientras besaba ranas en las fiestas.
La gente le preguntaba por qué reía y les decía que reía porque de pequeña prefería el azul al rosa, la nata al chocolate y su madre a su padre.
Después tuvo un niño. Le llamó Jaime y siguió riendo y besando ranas.
Otro día más se cayó volviendo de una fiesta. Se rompió la cadera y dejó de besar.
Ya no reía.
Y después murió.
Pero no pasaba nada.
Se lo dijo a Jaime. Le besó y se puso rojo.
Mejor así.

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