Mi curva.
Me ha costado doce años.
Doce años de salidas matinales los fines de semana.
Doce años de mallas, de sudores fríos y de pulsaciones al límite de la taquicardia.
Y de caídas...
¡Y es que por fin tengo un trozo de camino mío!
Ya hay un tramo que lleva mi nombre, como "los cien metros del Félix", "el castillo de Sansón" o "la ruta del pastor".
Y ahora se añade "la curva de Jordi", célebre porque cada vez que la tomo me pego la piña padre.
La última, tras aleccionar a mis compañeros sobre su peligrosidad, se saldó con la rodilla abierta.
¡Yo formo parte de verdad de la Peña El Jamón!
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kami -