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Osiris

El derecho a estar jodido

El otro día tras ayudar a una amiga en la ardua tarea de mudarse, hojeé una revista de Jorge Bucay, que según google es "Mente Sana". Salían montones de fotos de gente caminando por interminables praderas sin zarzas ni latas de coca-cola, playas desiertas sin niños cojoneros y atardeceres sin mosquitos.

Escribían artículos gentes que tenían títulos de "experto en Pensamiento Positivo" y ciencias que nunca había oído hablar (supongo que a algún psicólogo le sonarán). Con tales licenciaturas académicas se pueden adivinar los títulos de los artículos...

Uno que me escandalizó fue "Hacer amigos sin juzgar a los demás". Da igual que ese tío sea un soplapollas, que te roba el costo y te escupe mientras habla, tú no le juzgas y te haces amigo de él. Da igual que sea del Opus, del PP o que mande a su padre a por tabaco. Tú no le juzgas. Y te haces colega.
Hay un refrán que dice "dime con quien andas y te diré quien eres" (también hay otro que dice que con quien niños se acuesta... pero mejor no hablaremos de éste...). Supongo que por eso uno tiene el derecho a elegir sus amistades.

En general la revista está orientada hacia el crecimiento personal, que no es comer cosas con bífidus (otro tema que se merece un artículo y hasta una tesis), sino que, por lo que pude entender, todo va a parar a pensar en ser feliz. Los autores de esa revista deben de ser como el típico compañero coñero que cuando tienes el día cruzado no deja de preguntar "¿te pasa algo?", "a mí no me engañas, a ti te ocurre algo". O como el que cuando te quedas sin novia te dice "hay más peces en el mar", y te dan unas ganas horribles de partirle la cara.

Y es que creo que la gente no se da cuenta de que a veces tenemos derecho a no sentirnos felices. Simplemente te levantas, desayunas y te olvidas la sonrisa en la almohada. No te pasa nada. Justamente por eso, porque no te pasa nada no ves la nesecidad de reír. Y mientras todo el mundo a tu alrededor te mira con cara de "¿qué mosca le ha picado a éste?" te van poniendo de mala hostia y te tuercen el día.

A veces, no obstante, tienes ganas de estar de malas. Te han jodido el coche, te ha dejado la novia por un nadador olímpico o te han clavado trescientos euros de factura de un teléfono que no has tenido jamás. O todo a la vez. No quieres sonreír, quieres matar al primero que se te cruce. Quieres que pase el día rápidamente para llegar a casa y sentarte con una birra delante del televisor, y mañana Dios dirá. Y creo que es un derecho de todo ser estar así alguna vez.

Desde que más o menos tenemos el riñón cubierto creo que la gente se dedica a quitarse pelusilla del ombligo mientras piensa "¿realmente soy feliz?¿se puede ser más?". Antes todo era más sencillo. Uno era feliz cuando terminaba de arar todo el campo, o cuando el gorgojo no le había jodido las patatas. O incluso cuando eras pequeño (o no tanto...) y te compraban un cómic de Mortadelo y Filemón, o marcabas tres goles en el patio. Pero ahora, ¿cuándo se sabe cuando eres feliz? ¿cuando te compras el BMW? ¿cuando finalmente ligas de noche? ¿cuando sale la pleisteishon tres?. No tienes ni puta idea. Y eso te hace seguir consiguiendo cosas para mantener ese "nivel de felicidad" artificial. Porque, ¿qué haces cuando ya tienes el BMW?.

Justamente cuando estás de malas sabes valorar la felicidad. Es como esa costumbre sobreprotectora de las madres a que los niños no se ensucien, ni jueguen en la plaza a fútbol con una lata chafada ni se sumerjan hasta las orejas en barro. Los mantienen todo lo asépticamente que pueden. Y luego llega un resfriado y casi lo tumba porque su sistema inmunológico estaba de excedencia. Pues con los estados de ánimo lo mismo copón. Uno tiene que saber lo que es estar mal. A todo el mundo le deja la novia, se le muere el perro y le echan del trabajo. Todo el mundo tiene que pasar por eso, es como la gripe, la apendicitis o las muelas del juicio. Y cuando uno está jodido sabe realmente cuando no lo está, y sabe que entonces lo que queda es la felicidad.

10 comentarios

Gina Paola -

Bueno, realmente bueno... pero cada cosa siempre tiene un porqué, aunq en su momento no lo sepamos entender...

anne -

...y jodiendo?

La caminante -

Lo mejor es no leer mucha autoayuda.

Anónimo -

Me hacen mucha gracia los experimentos esos en los que meten una rata en un laberinto transparente y la cronometran el tiempo que tarda en salir...acaso creen que la rata va a observar la union de los paneles? o el reflejo que pudiera observarse en las caras del laberinto?, si la rata encuentra la salida es simplemente por la teoria del ensayo y el error; quiza se tenga que dar de bruces 20 veces contra los cristales pero al final saldra, no te jode, y que/quien no encuentra la salida de esa forma!!
Los animales superan retos a base de fracasar una vez, y otra y otra hasta que lo consiguen, somos el ser humano igual que los animales? Si para encontrar la salida a ese laberinto del ejemplo, tengo que dejarme los cuernos (literalmente) en el intento, de que sirve mi supuesto superior intelecto en comparacion con el de la rata, si al final voy a llegar al mismo resultado que ella?

Sandía -

Cierto como que despues del sol llega la tormenta y al revés. Sin ciclos no habría vida.

osiris -

Cuando uno empieza a montar en bici sabe que algún día se caerá, y se hará daño.
Intentar ir en bici con almohadones es estúpido e irracional. Además de antiestético, claro.

liana -

O sea, que para ti el dicho de: \"no se sabe lo que se tiene hasta que se pierde\" es totalmente valido.
Deseo de corazon que la vida no te trate demasiado mal, porque si tienes que aprender a base de hostias...

L_Y_R -

que grande eres chico tierno!

Tuxina -

Realmente creo que este es el mejor post que he leído en tu blog.
Miles de veces me ha pasado lo mismo y no podía expresarlo.
A partir de ahora llevaré una copia impresa de esto y la enseñaré a todo el que me pregunte :)
Bicos.

Meiko -

A mí también me pasa lo de que no me sale la sonrisa... y es cierto, al final te joden el día con tanta preguntita de \"qué te pasa\". A veces les digo que yo sonrio por dentro. Así se desconciertan y se van.