Un mañana en la oficina
- Mierda, yo quería riskletos no patatas fritas, cagon la puta, y ahora yo qué hago con esto, me muero de hambre y quiero riskletos, yo le he dado al once y mira lo que me sale, debería denunciarlo y atracar a la mujer del vending cuando venga por las mañanas, ante un tribunal seguro que tengo justificación, se va a enterar, espero que al juez le gusten los riskletos...
Giro la esquina y me encuentro con unos pechos a la altura de mi ojos:
- ¡Ya está! Seguro que me he muerto. Se me debe haber caído la máquina del vending encima. Vaya, ahora que tenía yo que dar una charla, y esta noche ya he quedado. ¿Y "esto" debe ser Dios o qué? Menudas tetas que se calza el tío, bueno la tía. Anda que si el Papa lo supiera...
- ¡Hey! -voz cantarina.
Miro hacia arriba y veo una cabeza que me saluda.
- Gññehh...gñ...gñ...gñgñññ...
Y en un instante ya no está. Me sujeto a la fotocopiadora. Creo que me ha dado un bajón de azúcar. Llego a mi mesa, abro la bolsa de patatas:
- Javi, creo que he vuelto a nacer, neng.
5 comentarios
PIJOMAD -
goldhands -
cuenta, cuenta!!!!
pickings -
ms. Tibbetts -
kami -
¿Por qué será que nos imnotizan?
Será el instinto mamífero...