Blogia
Osiris

Just another post about independència

vistas ermita de puigcerver

Bon dia.

Para acabar el año, vamos a darle vidilla (aunque sea efímera) a este vetusto blog.

El otro día subía sobre una bici con C por el coll d’Alforja camino de la Ermita de Puigcerver, y, en vez de hablar de follasca como antaño, hablamos de política. Supongo que quiere decir que he madurado. Al menos un poco.

El caso es que ninguno de los dos tenemos ningún tipo de nacionalismo en nuestras ideas, y mucho menos catalán (él es de Granada). Pero acabamos la conversación (entre jadeos) con un “pues visto así... pues no sé...”. Una frase con un extraño  regusto final que quedó flotando entre los dos.

Debo aclarar que soy catalán. Y me refiero a ello como mi lugar de nacimiento. Nunca he tenido ningún aprecio significativo con ninguna bandera o nación. Se podría resumir con un “me la sopla por delante y por detrás” como tuvo a bien definir el maestro Rubianes.
Y cuando me topo con alguien que defiende a capa y espada su bandera, no puedo remediar pensar que si hubiera nacido unos cuantos kilómetros más pallá, pensaría lo mismo pero defendiendo otros colores opuestos.

No me puedo sentir orgulloso de mi lugar de nacimiento.
Podría hacerlo de pertenecer a un grupo que hace cosas grandes según mi parecer. Pero ni mi barrio, ni mi ciudad, ni mi comunidad autónoma y ni mi país hacen méritos para sentirme orgulloso de ellos.

Dicho esto, sí que estoy plenamente a favor de una consulta. No le veo problema a preguntarle abiertamente al pueblo lo que piensa. Coño, es lo que siempre hemos defendido, ¿no? Una democracia abierta, participativa de verdad, no sólo cada 4 años. ¿O es que acaso da miedo preguntar lo que opina la gente?
Igualmente debo decir que no tengo una firme respuesta tomada a esa hipotética pregunta.

El caso es que hace tiempo que me siento defraudado con la gente en general de este país.
Si preguntas abiertamiente en un entorno heterogenio, es escaso encontrar a alguien que haya votado al Partido Popular. Todos se quejan de ellos, de Intereconomía, de la Gaceta. Todos simpatizan con movimientos que demandan más democracia, más educación, más sanidad...

Pero el caso es que el PP siempre está ahí, y con mayorías absolutas. ¿Y si no? Pues PSOE, que, sinceramente, apenas le encuentro diferencias ideológicas. Hacen lo mismo, aunque pregonen su supuesta diferencia.


De ello extraigo la conclusión de que este país es así. Tiene esas ideas.

Y no lo voy a cambiar yo solo con mi voto. Es el país que me ha tocado, debo aceptar la mayoría; tirar la toalla porque es lo que quiere la gente que me rodea.
Debo aceptar una reforma del aborto que nos hace retroceder décadas, y cruzar los dedos para no tener problemas con un futuro embarazo.
Debo aceptar la destrucción de la sanidad pública universal.
Debo aceptar la presión de la Iglesia Católica dentro del poder político.
Debo aceptar las reformas en el mercado laboral.
Debo aceptar una monarquía con implicados en casos de corrupción.
Debo aceptar presiones políticas sobre el poder judicial.
Debo aceptar las gestiones bancarias con dinero público.

Y debo aceptarlo todo, porque son mayoría. De eso se trata la democracia, ¿no?

Joder, es que releo lo que he escrito y pienso: “Por qué iba yo a querer quedarme en este país?”. Si pudiera cogía mi casa y la declaraba República Independiente y a tomar viento todos!

Pero, ¿realmente quiero la independencia de Cataluña?
Hace un par de años hubiera respuesto que no.
Pero ahora... sinceramente, sigo sin saberlo, pero veo con otros ojos abandonar un barco que zozobra a sabiendas que jamás podré cambiar los capitanes, por mucho que la alternativa sea huir en una patera.

Y así acabo el año, con una metáfora  un poco pillada por los pelos, la verdad.
Pero es que aún sigo haciendo la digestión de las navidades...

0 comentarios