fauna universitaria
Últimamente no voy mucho a clase. Sólo me quedan 3 créditos, así que me dedico a disfrutar de las asignaturas mientras me sigo pensando si haré la continuación de mi carrera, la Ingeniería Superior (sonido magnificante de arpas).
El viernes acudí a clase motivado por Kami y por tener fiesta laboral.
La fauna de mi universidad ha cambiado mucho desde que yo empecé. Ahora hay más tías buenas donde antes sólo había tíos feos.
Pero hay cosas que nunca cambian, como el típico hombre gordo, con melena pero medio calvo, y la camiseta de la asociación de aficionados al rol. Entrañable cuanto menos.
O el jefecillo de la cafetería que se pasea con el móvil a la cintura como si fuese el chulo de un burdel de damas del este.
O la cajera, una señora mayor que se entretiene leyendo prensa rosa con sus enormes gafas de sol.
Tampoco cambia la desfachatez de la gente. Mientras kami y yo "trabajábamos" (de vez en cuando algo vamos haciendo, sí) había una panda de jugadores empedernidos con sus portátiles. Aparte de la grandísima gilipollez que puede ser comprarse un portátil para jugar (y cargar con 6 kilos en la espalda), lo último es traerse hasta el mando de la play y poner el audio a todo trapo con el "pipipipí pí pí! pipipí! goooOOoooOooOooOool en las gaunaAAAaaaas!"
Otra versión de lo sucedido está en el blog de mi compi.
El viernes acudí a clase motivado por Kami y por tener fiesta laboral.
La fauna de mi universidad ha cambiado mucho desde que yo empecé. Ahora hay más tías buenas donde antes sólo había tíos feos.
Pero hay cosas que nunca cambian, como el típico hombre gordo, con melena pero medio calvo, y la camiseta de la asociación de aficionados al rol. Entrañable cuanto menos.
O el jefecillo de la cafetería que se pasea con el móvil a la cintura como si fuese el chulo de un burdel de damas del este.
O la cajera, una señora mayor que se entretiene leyendo prensa rosa con sus enormes gafas de sol.
Tampoco cambia la desfachatez de la gente. Mientras kami y yo "trabajábamos" (de vez en cuando algo vamos haciendo, sí) había una panda de jugadores empedernidos con sus portátiles. Aparte de la grandísima gilipollez que puede ser comprarse un portátil para jugar (y cargar con 6 kilos en la espalda), lo último es traerse hasta el mando de la play y poner el audio a todo trapo con el "pipipipí pí pí! pipipí! goooOOoooOooOooOool en las gaunaAAAaaaas!"
Otra versión de lo sucedido está en el blog de mi compi.
1 comentario
Perlanegra -
Un besito, zo feote ;)