Era madrugada bien entrada. Recordaba haber pasado medianoche hacía tiempo.
Iba solo. Como siempre.
Levantó la vista oscura y la vio. Una vez más estaba observándole.
Paró su montura. Se apeó en un claro y sonó un llanto en su guitarra. Sabía que lo estaba escuchando. Aunque la perdió para siempre, sabía que lo estaba escuchando.
Levantó la vista brillante y no la vio.
Se echo la guitarra al hombro, montó y prosiguió su camino agarrándose con una mano el pecho. Como siempre.
Inspirado por la canción de Bunbury "El Jinete".
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