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Osiris

Costumbres oficinescas

Últimamente apenas escribo. Y eso que ahora tengo más tiempo libre y tengo un cajón lleno de temas, sin contar con los que pienso "tengo que escribir sobre ésto" y lógicamente olvido... Pero siempre que empiezo a escribir lo dejo porque no me gusta como lo expreso y puede traer malentendidos, y que la gente me pregunte "¿estás bien? Te he leído y te he notado chafado".

Además, por fin he dado el paso y colaboro activamente con la Wikipedia. Para hacer un mundo mejor y bla bla blá....

Pero hoy me he levantado pensando en que vuelve el trabajo a turnos, y una cosa ha ido llevando a otra y he pensado en las gilipolleces que se hacen en el trabajo.

Cuando empiezas a trabajar en una oficina más o menos grande vas de pardillo, y te dicen "ey vamos a poner pelas para un regalito a Ataulfa de Mantenimiento de Bolas de Ratón que ha tenido un niño" y tú dices "caray con Ataulfa, ya se le venía venir oye, por cierto, ¿quién es Ataulfa?" y apoquinas religiosamente mientras piensas "no ha sido difícil integrarse con la pinta de raros que tienen todos".

Cuando ya llevas un tiempo, ya no vienen a pedirte una contribución al regalito de Bartolomé (de Facturación de Bombillas Halógenas) porque se ha roto una pierna haciendo montañismo, vienen a tocarte los cojones con el puñetero regalo de tío ese que no conoces de nada que se ha cascado una pierna haciendo el garrulo en el monte.

Yo creo que es una forma de limpiar la conciencia de la gente. Seguramente has puteado a alguien hasta cansarte y éste se va (muy seguramente por tu culpa), pero no pasa nada, pones veinte euros en el sobre, firmas la tarjeta de despedida, "qué bueno era, lo echaremos de menos, si es que en esta empresa no se valora lo bueno" y buscas la siguiente víctima aún con mierda en la boca.

Después está la situación de cuando traen pastitas para celebrar cumpleaños, santos, graduaciones, exámenes... Vienen y te ofrecen cruasanes, e inocente de ti piensas "coño, mira qué bien, almuerzo gratis", pero cuando lo hacen dos o tres veces sabes que realmente lo hacen por que esperan que tú hagas lo mismo. Cuando se enteran que cumpliste 24 la semana pasada y no trajiste napolitanas cubiertas de canela te miran con cara asesina. Y ya el colmo es cuando vuelven a traer ellos y pillas una delícia de sobrasada con salchichita: puedes escuchar como piensan "¡vaya morro!". Menos mal que a mí las miradas de odio en el curro me la sudan por delante, por detrás y a veces incluso de canto.

No sé muy bien a qué se debe el conjunto de estas cosas, pero sospecho que viene mucho al hilo de que la gente no quiere que le digas la verdad, si no que quiere que le digas lo que quiere oír.

3 comentarios

Maia -

Muy bueno, Jordi. Follar, como todos (vaya pregunta, es que no te conoce todavía??).
Beso. Te llamo luego.

osiris -

¿qué prefiero?
Follar, como todos.

L_Y_R -

y tu que prefieres?

p.d: por cierto! aun me debes un cafe de cumpleaños!! jajjajajaja y si no el dia 8 no probaras na de na de la cena!! :P