Periquititos
Hoy iba a escribir un artículo serio. Algo maduro y responsable, parecióa un tratado sobre sociología, en serio. Pero llevando buen trecho he visto a mis periquitos fornicando como posesos una vez más. Así que he sonreído tímidamente y lo he borrado todo. Hoy es festivo y no hay que escribir cosas serias.
Desde que tengo uso de razón hay periquitos en mi casa. Todo comenzó cuando mi madre nos compró uno verde a mi hermano y a mí y lo llamamos Cuqui. Desde entonces todos los periquitos son los Cuquis.
A aquel pájaro lo dejábamos suelto todo el día, en la habitación en la que cosía mi madre y en la que prácticamente hacíamos vida.
Recuerdo llorar a raudales cuando Cuqui aterrizó en plato de ensaladilla, y mi madre corrió presta a cambiármelo y a abroncar al responsable.
Hace unas dos semanas que separé una de las dos parejas de periquitos en una jaula aparte con un nido, para que tengan más intimidad para sus carantoñas.
Siempre me ha hecho ilu tener miniperiquitos (que serían periquititos, supongo), pero nunca he pasado de obtener algún huevo del que no ha salido nada.
Pero esta vez parece que a la parejita le ha cogido el tranquillo, y no paran de darse plaser todo el día. ¡Una tarde conté cinco veces! con sus siestas posteriores y todo ¿eh?. Unos sementales, ya te digo. Además han contagiado a la otra pareja, que también se da un capricho de vez en cuando, aunque a menor ritmo, claro.
Aparte de lo anterior, mi vida se puede resumir en trabajo y bicicleta, mientras espero inspiración para la fotografía.
Lo primero es demasiado aburrido, de hacer y de explicar.
Así que vamos con la bici.
Ayer casi nos anochece bajando trialeras, y mañana tengo otra nueva etapa con la Peña El Jamón, todo ello aprovechando que porfin tengo eje de pedalier nuevo y que no hace ruido.
Lo que también tengo nuevo es la posición del pedal derecho. Nunca le he terminado de pillar el punto, y después de las dos salidas de entre semana he tenido molestias en la rodilla y en la cadera. Además estoy hipocondríaco desde que conocí a un chico en la PhotoWalk de Tarragona que se dejó el menisco tras una semana de pedaleando en Irlanda.
A pesar de todo esto, el martes (aprovechando que es festivo en Tarragona) intentaré cumplir mi reto a la Teixeta. Últimamente me siento fuerte y tengo buenas sensaciones, pero se me antoja harto difícil, ya que supondría ponerme al nivel de Enric, cosa que dudo que pueda llegar a conseguir, al menos hasta que no envejezca...
A lo tonto, me está saliendo otro tocho. Hacía tiempo que no escribía en modo automático. Me recuerda a mis largas y solitarias noches de operador, donde escribía correos contando las trivialidades que me sucedían durante el día, y ponía en orden las cosas que pensaba.
Creo que fue por entonces cuando empecé a cogerle gusto a escribir.
De aquel gusto salieron dos historias más o menos definidas para empezar un libro y un blog donde contar chorradas que se me ocurrían. Más tarde salió otra historia mejor definida fruto de todo lo que leía camino de Barcelona.
Nunca terminé nada de lo que empecé por entonces.
Arrastro esa sensación constantemente.
Pero algún día lo escribiré. Mientras saco inspiración de "Un mundo sin fin" y de Wall-E.
Lo primero es el libro que tenía abandonado desde que me regalaron en enero. Creo que está a la altura (si no es mejor) que su primera parte. Los personajes están mejor dibujados y entretejidos. Estoy enganchado.
Lo segundo es la mejor película que he visto en mucho tiempo. Me parece brutal el modo en el que explican casi toda la película sin palabras, sólo con los ojos de los robots y las manos del protagonista, sobretodo los primeros 40 minutos. Según Kami, son unos "putos magos". Estoy planteándome seriamente volver a verla y llenar mi estantería con los dos robots.
Quizás retome algo de escritura cuando tenga portátil nuevo. El viejo comienza a tener síntomas de vejez cuando edito las enormes fotos de la réflex (enormes en tamaño, no en calidad, claro), y además tiene una singular línea vertical verde.
He pensado en tomar en usufructo uno del trabajo, unos HPs guapos guapos. Aunque he mirado unos Dells que tampoco están nada mal y baratillos.
De todos modos creo que esperaré hasta terminar de pagar el coche y me apropie de 230 euros más al mes, y me pillaré uno fino filipino. O a lo mejor me compro uno más cutre y aprovecho para empezar a planear un buen viaje. Me apetece horrores Japón o la Polinesia.
Tengo nueve meses para pensármelo.
Otra cosa que tengo que retomar más pronto es mi afición por los Riskletos. El sábado pasado una amiga pensé en mí y me ofreció un gran cuenco que me hizo sonreír de camino a casa.
Recuerdo que no había merienda completa en el curro sin Risketos.
La comida ya está lista.
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